domingo, 25 de abril de 2010

Estas láminas moradas arañan mi cuero cabelludo. Mientras yo sigo buscando una respuesta en tu escritura ininteligible. Asumo que el verano tiene que acabar uno de estos días (para mal)Colecciono recuerdos de lugares en los que detuviste mi respiración. Donde nuestra ropa parecía desvanecerse al toque de algún beso ligero, piel que se atrae como polos opuestos,sueños que quedarán en el aire con islas desiertas. Clava tus uñas en mi espaldatira furiosamente de mi cabello. Dime al oído que,no te importaría morir así, mientras yo enredo mis piernas con las tuyas,cierro los ojos y pienso,que el reloj de mi cerebro,es el reloj de tu casa,cansado y aburridode tuvo para siempre el tiempo en tu morada. Deslízate por mi vientre termina de entrever el secreto porque no quiero guardar más misterios para aquel que se atrevió a descifrar mi corazón.

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