jueves, 10 de junio de 2010

Y mi monótona vida cada día era peor, no sabia como hacer para volver a sonreír no sentía nada, ni siquiera la lluvia en la piel esas tardes de otoño en las que salía a caminar sola por ahí, tratando de matar el dolor, tratando de fingir o de disimular algo que no se podía ocultar. Pero llegaba a mi casa y todos los días eran iguales, iguales, grises, tristes en realidad como lo fueron siempre. No se si te encontré o si me encontraste, no se como hiciste pero me enamoraste cuando me miraste. Y tuviste las palabras justas para sanar este dolor que siento dentro o para cambiar mi vida y hacerla mejor. Me enseñaste que a veces es bueno no tener palabras, callar o simplemente mirar el techo y escuchar el silencio, también me enseñaste que sola es mucho peor y me mostraste el camino, me guiaste hacia el destino. Gracias por que me enseñaste que de verdad se puede aunque a veces ya no quede nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario